El desarrollo de los niños y niñas de 0 a 3 años
The Rolling Teachers
Nuestro desarrollo cerebral, motor y sensorial
A medida que vamos creciendo, se desarrollan en nuestro cuerpo diferentes zonas, órganos, sistemas…pero estas lo hacen muchas veces de forma interrelacionada, siendo muy dependientes unas de otras.
Desarrollo motor y cerebral
Con el desarrollo motor, se va exigiendo cada vez más a capacidades al cerebro, y se van afinando los sentidos cuando el bebé tiene más control sobre su propio cuerpo.
En el momento que nacen tiene el reflejo de marcha, siendo una respuesta al entrar en contacto los pies con una superficie dura, y lo conserva hasta la primeras semanas de vida.A los 5 meses surgen movimientos voluntarios en patadas y moviendo los brazos; esto es un juego que realiza con su propio cuerpo, gracias al perfeccionamiento tónico-motriz, y cuando esto ocurre se están creando conexiones en sus células cerebrales, y se está construyendo un esquema de movimientos que utilizará cuando tenga la suficiente fuerza muscular. A los 6 meses empiezan a comprender sencillas referencias matemáticas, tamaños de objetos y diferencia entre uno o dos juguetes, la cantidad.
En el periodo neonatal, hay una semiflexión en las mano y dedos, y los automatismos
son eficientes como la succión.A los pocos meses de edad contempla el mundo, pero
parcialmente por el tamaño de su cabeza. Poco a poco logrará controlar cada
vez más su cuerpo, y primeramente su parte superior. La adquisición posterior del
gateo permite explorar de una manera diferente, traza un mapa mental,
adquiriendo una idea del espacio que ocupa en el mundo exterior. La noción de
la profundidad surge desde el nacimiento, pero es dos semanas después de
empezar a gatear que generan el miedo a la caída, que es un mecanismo de
seguridad que se activa en el cerebro. Cuando el bebe ya sabe gatear, exige cada
vez más al cerebro, ayudando al proceso de desarrollo intelectual, ya que debe de recordar su destino y elegirlo.
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Comienza a ponerse de pie a los 10 meses o al año, ya que es a partir del tercer trimestre que tiene más control de las extremidades inferiores, esto le permite ampliar su campo visual y desarrollar el equilibrio. El andar estimula la parte del cebero de la coordinación y el equilibrio, y poco a poco se va superando al miedo de la caída. Esto le da más autonomía y potencia su curiosidad y el carácter investigador de todos los niños para explorar el mundo y desarrollar sus sentidos. Perfecciona poco a poco su equilibrio, su solidez al caminar, y el tiempo que le es posible continuar esos desplazamientos.
Es a partir del cuarto trimestre cuando va perfeccionando el instinto de agarre, y capaz de coordinar de una forma más fina sus manos, desarrolla la forma de pinza superior del índice y el pulgar. Cuando quiere algo, el bebé pone en práctica estrategias de memoria, estrategia e inventiva. Alrededor del año y pocos meses, empiezan a comprender mejor el mundo que les rodea, y lo hacen tanto por observación como por experimentación, donde ponen a prueba leyes como la de la gravedad con sus juguetes.
Según Piaget desde el nacimiento al primer mes de vida los lactantes elaboran respuestas a los estímulos por reflejos innatos, y consiguen poco a poco un control sobre ellos. Y durante los primeras cinco subetapas, mediante procesos de coordinación y organización administran la información que reciben a través de los sentidos. Entre el primer y segundo año ya realizan representaciones mentales de los sucesos, y se desarrolla el pensamiento simbólico, lo que permite anticipar consecuencias, sin tener que valerse siempre de la experimentación, almacenando toda esa información en su cerebro, organizando y estructurando mejor su mundo.
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Desarrollo sensorial
Nuestros cincos sentidos principales no evolucionan al mismo tiempo, algunos de ellos están casi
perfeccionados al poco tiempo de nacer, como el oído; y otros como la vista necesitan de más tiempo,
estos son los hitos más importantes del desarrollo de los sentidos:
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El tacto es uno de los primeros en desarrollarse, y desde las 32 semanas de gestación se ha descubierto
que ya siente dolor. Desde el nacimiento el bebé tiene el reflejo de Babinski, que es una respuesta
involuntaria plantar cuando el pie es rozado con un objeto, el dedo gordo de estira y los demás dedos
se abren en abanico; está el relacionado con la médula espinal y el bulbo raquídeo.
A partir del año diferencian distintos objetivos a través del tacto y a los 3 son capaces de describir
estos por medio del tacto.
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Tratando el sentido del oído, cuando los bebés se encuentran aún en el vientre materno, ya adquieren
el sentido de la audición y pueden reaccionar a distintos sonidos, y desde el nacimiento tiene el reflejo
de sobresalto. Reaccionan a partir de los 3 meses ante sonidos que presenten un posible peligro.
Y llegan a comprender hasta 2000 a los 3 años.
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En cuanto al sentido de la vista, desde que nacen tiene el reflejo de la luz, y a medida que el bebé crece esta percepción de la luz y las figuras se perfecciona, distinguiendo cada vez cosas más lejanas y con más claridad. Alrededor de los 4 o 5 meses realiza un funcionamiento correcto de ambos ojos, controlándolos a ambos con el sistema motor, e interpretando las dos percepciones monoculares. Además, poco a poco van distinguiendo caras, siendo la primera la de la madre normalmente y objetos.
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Los sentidos del olfato y del gusto se desarrollan ya dentro del vientre materno donde saborea alimentos que ingiere la madre a través del líquido amniótico, con lo cual es uno de los primeros en desarrollarse al máximo. A medida que el bebé crece, éste realiza una asociación en el cerebro de los olores con experiencias y memorias. A los pocos meses desde el nacimiento ya reconocen olores de comida y el olor de los progenitores.